Podemos concluir que la personalidad de Jesús está marcada por tres características: su originalidad, su radicalidad y su coherencia.
Pudimos observar que Jesús siempre nos demostró su personalidad de manera natural, por lo que podemos definir que existen rasgos que lo han definido, como:
a)
La originalidad de
Jesús
se advierte claramente si se tiene en cuenta que él no se adaptó ni se pareció
a ninguno de los modelos existentes en aquella sociedad.
b)
Su radicalidad, se basó en su total dedicación
y entrega para buscar el bien del hombre, sobre todo el bien y la liberación de
los pobres y oprimidos por el mundo, por el sistema establecido. Por eso Jesús
quebrantó leyes, escandalizó a los piadosos observantes de la religión
convencional, se enfrenté a los dirigentes, soportó la persecución y murió como
un delincuente.
c)
Su coherencia con el
plan de Dios.
Todo en Jesús fue coherente porque todo estuvo en él determinado por su
profunda experiencia de Dios, hasta el punto de que Dios mismo se reveló en
Jesús, en su persona, en su vida y en sus actos.
0 comentarios:
Publicar un comentario